Hoy no hablaremos sobre temas relacionados a marketing o audiencias; tampoco reflexionaremos sobre el problema de la gestión cultural o nuestra relación con los artistas. Celia Cruz cantaba «ríe y llora, vive tu vida y gózala toda». Así que, en su honor, les comparto 10 memes que representan muy bien distintos momentos, tanto buenos como malos, que hemos pasado los que nos dedicamos a trabajar con el arte y la cultura. Si aún no lo has vivido, créeme que lo harás. Si piensas que se me ha pasado alguno, dime cuál en los comentarios de esta publicación o en redes sociales… ¡Ahí vamos!
1. Cuando le dices a tu familia que quieres dedicarte a la gestión cultural…
Estás en último año del colegio y debes sentarte con tu familia para comunicarles la carrera que has decidido seguir. Estás allí frente a tus padres, tíos, primos, hermanos que son abogados, administradores, contadores, ingenieros. Entonces, te armas de valor y sueltas tu decisión, y tu prima, la abogada, te mira así:
2. Cuando eres el más chévere por estudiar algo relacionado al arte y la cultura…
Ya en la universidad conoces personas de otras carreras: arquitectos que se amanecen haciendo maquetas, abogados leyendo códigos cada semana, ingenieros que se la pasan en los laboratorios… Y luego estás tú, que te la pasas enriqueciéndote de temas relacionados a historia, arte, cultura y que, por cuestiones de tus cursos, debes estar en eventos relacionados. Y te miran así:
3. Cuando te preguntan, por enésima vez, qué es gestión cultural…
Ya sea que hayas estudiado gestión cultural como grado o posgrado, o te dedicas a ello teniendo otra carrera es posible que a menudo tengas que explicar a qué te dedicas. Pasa mucho que la gente no sabe de qué va esto (y lamentablemente esto incluso con quienes trabajan en instituciones culturales)… Alguien se te acerca y te hace la pregunta: «¿y de qué va la gestión cultural?». Bueno, here we go again…
4. Cuando se dan cuenta que, por tu trabajo, estás rodeado de artistas…
Dependiendo de lo que hagas exactamente en el sector cultural, es probable que siempre o casi siempre estés rodeado de artistas (o tú puedes ser uno). De hecho, en mi último trabajo conocía a artistas latinoamericanos prácticamente a diario, ¡y qué chévere esa experiencia! Bueno, el resto te ve así:
5. Cuando el invitado a tu evento cultural te cancela a último momento…
Y te llama el agente, o el asistente, o alguien más (nunca él o ella), para decirte que no podrá llegar, que ha surgido un problema de último momento… Sí, claro… Bueno, ya el gestor cultural que tiene experiencia sabe que esto puede ocurrir. Cuando a mi me pasó estaba recién empezando, así que mi reacción fue esta:
6. Cuando en tu actividad cultural ya no cabe más público…
Das pase al público y ves que la sala empieza a llenarse. Quizá ni sabes cómo pero esta vez tu evento está en un lleno total. Ni tú te lo puedes creer. Apenas hay sitio para ti. ¡Qué exitazo! La única forma de reaccionar es así (claro, sin hacer mucho escándalo):
7. Cuando te rechazan ese proyecto cultural en el que tanto te esmeraste…
Luces peor que un mapache por tantas noches sin dormir bien. Si tomas otro café es posible que te de un ataque al corazón. Estás seguro de que en tus manos tienes el proyecto que marcará un antes o después en el sector cultural. Tienes a tu jefe o al encargado de programación delante (o quizá es el día en que dan respuesta a esa convocatoria), te mira, y te dice que no, que no va a salir (ya sea por dinero o porque simplemente no va con la línea institucional). Y, bueno, tú:
8. Cuando el patrocinador acepta tu propuesta…
El presupuesto no ha cuadrado (otra vez), y ya te has embarcado a ejecutar tu proyecto o a llevar a cabo tu actividad cultural. Es más, ya has realizado unos primeros pagos. Te das cuenta que, si no consigues dinero, es posible que te hayas metido en un gran aprieto. Es ahí cuando recibes esa llamada del patrocinador que te dice que «sí, vamos a hacerlo», y así te aseguras ese dinero que tanto necesitabas. No me ha pasado, pero debe ser chévere, ¿no? Y reaccionas así:
9. Cuando creen que, por tratarse de arte y cultura, debe ser gratis…
Estoy de acuerdo en que el acceso a la cultura es un derecho, y debe estar garantizado para todos los ciudadanos de un país. Pero, ¿a qué no te ha pasado de que anuncias tu evento cultural y causas mucha emoción pero, cuando les dices que tiene un precio, les cambia la cara automáticamente? «Pues debería ser gratis», te dicen. Y reaccionas así:
10. Cuando recibes un agradecimiento sincero…
Esto es lo que más me gusta. Ha terminado ya la actividad o el proyecto cultural que te costó sudor y lágrimas. Quizá te has quedado esperando que los técnicos de luces y sonido terminen de guardar su material, o que los artistas se cambien. Ya hasta tu jefe se ha ido a casa, pero tú sigues allí. Quizá en estos momentos dudas si todo ha valido la pena. Entonces, una señora se acerca y te agradece por todo el trabajo bien hecho (como en el siguiente gif), y porque le ha encantado ya sea la obra de teatro, la clase, la conferencia o lo que sea. Nada más bonito…
Ríe y llora
Solo para terminar, vale decir que este recopilatorio es solo para echarnos unas risas (o para hacerlo en vez de llorar). Todo trabajo es complejo y tiene sus pros y sus contras. Por el momento, solo decirte que si te dedicas a la gestión cultural, debe ser porque (espero) sepas que lo que haces es para aportar un gran valor a las personas a través del arte y la cultura. Así que… ¡Gracias!